jueves, 14 de febrero de 2013

Me desperté.. .los dolores y las náuseas volvieron a mí como una fiera.. .entonces comprendí lo que pasaba, la música que sonaba abajo era la de mi viejo amigo Ludwig Van y su terrible Novena Sinfonía.. .de pronto vidée lo que tenía que hacer, lo que quería de verdad hacer, evaporarme de una vez, largarme para siempre de este mundo cruel y sin piedad, un instante de dolor una vez y después el suelo para siempre por los siglos de los siglos.